Concepto de Salud
Durante mucho tiempo, al concepto de Salud se lo definió solamente como la "ausencia de la enfermedad", es más, si le preguntamos a varias personas que entienden por salud, seguramente obtendremos una gran variedad de respuestas: algunos dirán que es no estar enfermo o enfermarse poco, otros que es sentirse bien, otros que es poder vivir como desean hasta una edad avanzada, desarrollarse plenamente, sostener una calidad de vida aceptable, vivir en armonía con el medio ambiente y así…
Entender que no todas las personas pensamos igual, y cada quien tiene diferentes pensamientos acerca de lo que es Salud, nos acerca a promover, mantener y recuperar la salud desde un enfoque de equidad y de derecho.
De esta manera, encontramos distintos conceptos de Salud, definidos por diferentes entes u autores, tales como:
“La salud no es sólo la ausencia de la enfermedad, sino que es algo positivo, una actitud gozosa ante la vida y una aceptación alegre de las responsabilidades que la vida hace recaer sobre el individuo” Sigerist (1941).
“El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad” O.M.S. (1945)
“El estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en este medio”. R. Dubos (1995)
“El grado en que una persona o grupo es capaz, por un lado, de llevar a cabo sus aspiraciones y de satisfacer sus necesidades y, por el otro de enfrentarse con el ambiente. En consecuencia, la salud debe considerarse no como un objetivo en la vida sino como un recurso más de la vida cotidiana. La salud es un concepto positivo que comprende recursos personales y sociales, así como de capacidad física adecuada” (O.M.S. Europea -1985)
Por lo que, está en nosotros elaborar nuestra propia definición de lo que es Salud, y que entendemos de ella, a partir de cada uno de los distintos puntos de vista y opiniones, además del contexto en el cual nos encontramos.
Los niveles de Atención de la Salud se clasifican en:
Atención Primaria: Este es el nivel más cercano a la población y representa el primer contacto con el sistema de salud. En este nivel, se brindan servicios de prevención, promoción de la salud y atención a problemas de salud comunes. Los profesionales de atención primaria incluyen médicos de familia, enfermeras y otros profesionales de la salud.
Así, podemos ver que en el primer nivel:
Se atiende más o menos el 70-80% de la población.
La severidad de los problemas de salud plantean una atención de baja complejidad con una oferta de gran tamaño y menor especialización y tecnificación de los recursos.
Se desarrollan actividades de promoción y protección específica, diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de las necesidades de salud más frecuentes.
Y se presentan las siguientes funciones:
Creación y protección de entornos saludables
Fomento de estilos de vida saludables
Prevención de riesgos y daños
Recuperación de la salud
Análisis de la situación local, encuestas
Atención Secundaria
Este nivel se enfoca en la promoción, prevención y diagnostico a la salud los cuales se brindarán acciones y servicios de atención ambulatoria especializado y de hospitalización a pacientes derivados del primer nivel o de los que se presentan de modo espontaneo con urgencias.
Subdivisiones del segundo nivel
Tipo de atención I
Atención integral ambulatoria y hospitalaria, en cuatro especialidades que pueden ser: medicina interna, ginecología,
cirugía general, pediatría, anestesiología con acciones de promoción de la salud, prevención de riesgos y daños, recuperación y rehabilitación de problemas de salud.
Tipo de atención II
Atención integral ambulatoria y hospitalaria con énfasis en la recuperación y rehabilitación de problemas de salud. (Mayor número de especialidades).
Funciones
Las mismas que el anterior, se realiza más énfasis en la recuperación.
Atención terciaria: este nivel se ubica a nivel del ámbito nacional y constituye el centro de referencia de mayor complejidad nacional y regional. Aquí laboran especialistas para la atención de problemas patológicos complejos, que necesiten equipos e instalaciones especializadas. En este nivel su categoría de los cuidados tiene el propósito de ayudar a los usuarios más graves. Son hospitales de mayor complejidad. Realizan más énfasis en investigación y docencia.
Ejercicio físico
Hacer actividad física no significa solo practicar un deporte: caminar, andar en bicicleta, bailar, subir escaleras o moverse jugando también cuenta. Se recomienda al menos 60 minutos de actividad física moderada o intensa por día para niños y adolescentes.
El ejercicio ayuda a fortalecer músculos y huesos, mejora la circulación, reduce el estrés y mantiene un peso saludable. También mejora la autoestima, el ánimo y la capacidad de concentración.
Por el contrario, pasar muchas horas sentado o acostado (por ejemplo, viendo televisión o con el celular) puede provocar problemas de salud como obesidad, dolores musculares y enfermedades cardíacas.
Higiene personal
La higiene personal es el conjunto de hábitos que ayudan a mantener nuestro cuerpo limpio y saludable. Incluye acciones como ducharse regularmente, lavarse las manos con frecuencia (sobre todo antes de comer y después de ir al baño), cepillarse los dientes al menos dos veces al día, cortarse las uñas y usar ropa limpia.
Mantener una buena higiene personal ayuda a prevenir enfermedades, infecciones y también mejora la autoestima.
Por ejemplo, el simple hábito de lavarse las manos correctamente puede reducir mucho la posibilidad de contagiarse gripes, diarreas o enfermedades respiratorias. Es un cuidado básico que también demuestra respeto por uno mismo y por los demás.
Alimentación equilibrada
Una alimentación equilibrada significa comer una variedad de alimentos que le den al cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar bien. Esto incluye frutas, verduras, cereales, proteínas (como carne, huevo o legumbres) y grasas saludables (como aceite de oliva o frutos secos).
Comer bien no es solo evitar la comida chatarra, sino saber qué necesita tu cuerpo cada día. Por ejemplo, el desayuno es clave para empezar el día con energía. Las malas costumbres alimenticias, como saltearse comidas o abusar de los azúcares, pueden generar sobrepeso, problemas digestivos y enfermedades como la diabetes.
Una dieta variada y equilibrada ayuda a que tengamos energía, nos concentremos mejor en clase, y mantengamos un buen estado de ánimo y salud en general.
Hidratación adecuada
Tomar suficiente agua todos los días es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo. Nuestro cuerpo está compuesto en gran parte por agua, y la necesita para realizar funciones básicas como regular la temperatura, eliminar toxinas y transportar nutrientes.
La cantidad recomendada suele ser entre 2 y 3 litros de agua por día, dependiendo de la edad, el nivel de actividad física y el clima.
Muchas veces reemplazamos el agua por gaseosas o jugos azucarados, pero estas bebidas no hidratan de la misma manera y pueden afectar la salud si se consumen en exceso. Estar bien hidratado mejora la concentración, previene dolores de cabeza y ayuda a mantener la piel y los órganos sanos.
Salud mental y manejo del estrés
La salud mental es tan importante como la salud física. Sentirse bien, tener relaciones positivas, manejar las emociones y poder hablar de lo que sentimos es fundamental para vivir con bienestar.
El estrés, la ansiedad o la tristeza son emociones normales, pero si se vuelven constantes o difíciles de manejar, pueden afectar nuestra vida diaria. Por eso es importante aprender a identificar lo que nos pasa y buscar formas saludables de afrontarlo.
Algunas estrategias útiles para manejar el estrés incluyen hablar con alguien de confianza, hacer ejercicio, descansar bien, respirar profundo, dibujar, escribir o escuchar música.
Pedir ayuda cuando la necesitamos no es una debilidad, sino una forma de cuidarnos y de valorarnos.
Sueño y descanso
Dormir bien es tan importante como comer sano o hacer ejercicio. Los adolescentes deberían dormir entre 8 y 10 horas por noche para que su cuerpo y mente funcionen correctamente.
Durante el sueño, el cuerpo se recupera, fortalece el sistema inmunológico, se consolidan los aprendizajes y se equilibra el estado de ánimo.
Dormir mal o pocas horas puede generar cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse, bajo rendimiento escolar y problemas de salud a largo plazo.
Para mejorar el descanso, se recomienda tener horarios regulares, evitar el uso de pantallas antes de dormir y crear un ambiente tranquilo y oscuro en la habitación.
(El viernes estará habilitado)